jueves, 25 de octubre de 2007
La atencion
Yo, sin embargo, soy mucho más capaz de mantener la atención. Sin ir más lejos, cuando paseo, suelo encontrarme cosas interesantes: penetrantes olores de roedores escondidos bajo el suelo –en vez de correr, como haría un ratón valiente-; otros perros, de los que ya hablaré en otro momento, y rastros extraños que no identifico con seguridad. En esas ocasiones, mi atención se centra por completo en el asunto que me tiene entre las patas. Nunca un humano ha prestado tanta atención a algo. Son tan dispersos, que los pobres necesitan tener bien visible el blanco de los ojos para que los demás sepan en qué se están fijando.
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1 comentario:
las cosas más presentes, simpre son dejads para el final, por abuso de confianza y falta de tino...
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